En este artículo sobre Lifestyle Design o diseño de tu estilo de vida quiero contarte acerca de cómo podés romper las reglas preestablecidas para elegir lo que NO querés para tu vida y a partir de eso construir la vida que soñás.
¿Qué es Lifestyle Design?
Voy a resumir el concepto de Lifestyle design como el arte y ciencia de darle forma a la vida que querés partir de hoy, en vez de esperar hasta jubilarte para hacer realidad tus sueños.
La primera vez que escuché este concepto fue leyendo 4-hour workweek de Tim Ferris, donde él hizo esta definición (que me atreví a traducir y adaptar un poco):
Leerlo suena fácil, ¿no? Sin embargo, hacerlo realidad es bastante complicado. Vamos a analizar juntos algunos puntos y reflexionar un poco.
El paradigma de nuestros padres
Si vos que estás leyendo sos de la generación Y, probablemente te hayas criado con un paradigma como este en tu cabeza:
A su vez, deberás conformarte con un par de semanas de vacaciones al año y con no tener tiempo suficiente para poder encarar otros proyectos personales que te den libertad financiera de tu empleador.
Finalmente, llegará el momento en que te jubilarás (cada vez con más edad) y ahí podrás disfrutar de la vida y hacer realidad tus sueños y proyectos en tus últimos años transitando la misma, cuando la energía ya no es suficiente para muchos desafíos.
Ahora bien, si sos de alguna de las generaciones anteriores, espero que no tomes a mal lo que acabás de leer. Yo no dudo de las buenas intenciones de mis padres, familiares o cualquiera de sus amistades, pero la vida me llevó a cuestionarme mucho de la sociedad en la que me tocó crecer y no podía aceptar que no hubiera otro camino, que tenía que conformarme con el lunes a viernes de 9 a 18 y las dos semanas de vacaciones al año. Tenía que haber algo más.
Lo que NO quería para mi vida
A los 25 años ya había cerrado una etapa importante: me había graduado como Ingeniero en sistemas de información en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Argentina. Años antes ya me encontraba trabajando como consultor para distintas empresas, asignado a diversos proyectos en distintos clientes y si bien tenía sus altibajos, realmente puedo decir que me gustaba mi trabajo y la especialidad a la que me dedicaba.
Mi rubro tiene una mayor flexibilidad horaria y goza del beneficio de trabajar de casa algunas veces a la semana. Hasta se me dio la posibilidad de viajar por trabajo algunas veces: primero a Chile y luego a Estados Unidos. Sin embargo, aunque estaba satisfaciendo las expectativas de muchos y en parte también las mías, había varios aspectos de esa realidad que quería cambiar:
- No quería tener que viajar a diario a una oficina
- No quería conformarme con viajar sólo una o dos veces al año
- No quería que mi economía dependiera casi exclusivamente de un empleador
- No quería estar atado físicamente a un único lugar
- No quería preocuparme aún por tener una casa, ni un auto, ni por casarme o tener hijos
- No quería una vida rutinaria
Lo que SI quería para mi vida
Casi por descarte de lo anterior, te podés imaginar lo que soñaba para mi vida “ideal”:
- Elegir cuántas veces y por cuánto tiempo viajo cada año
- Elegir cuál va a ser mi oficina cada día
- Elegir qué días de la semana quiero trabajar
- Elegir cuántas horas trabajo cada semana
- Elegir mi horario de trabajo cada día
Desde luego que ninguna vida es ideal y nada es color de rosas, como te conté en este post sobre el “lado B” de esta vida como nómada digital. Sin embargo, yo sentía que podía darle forma a algo distinto, que se ajustara más a lo que soñaba y que me permitiera dedicar más tiempo a lo que me apasiona: viajar, conocer personas y lugares nuevos todo el tiempo, documentarlo en forma de imágenes y textos y compartirlo; todo lo anterior sin dejar de lado mi profesión, que también me encanta.
Por eso es que hoy disfruto junto con mi socio de acompañar a emprendedores y PyMEs a mejorar su presencia en línea. Ese proyecto me permite financiar mi vida de viaje, agregando valor a nuestros clientes al resolver sus necesidades web.
Pero no armé ese negocio por arte de magia, sino que en el camino formé parte de otros proyectos y hasta trabajé como freelancer para distintas plataformas. Fui descartando aquellos espacios en donde no estaba pudiendo agregar valor, a los que no les veía futuro o donde no sentía que estaba explotando todo mi potencial. Fue un largo camino de un gran esfuerzo que sólo se aprecia mirando hacia atrás y viendo todo lo superado.
Tiempo más tarde entendí que desde los primeros pasos conocía el horizonte al que quería llegar, pero fui haciendo camino al andar: equivocándome, aprendiendo de mis errores y haciendo los ajustes necesarios para ir acercándome cada vez más a mi objetivo.
Hoy no es que pueda decir que ya llegué, que ya “estoy hecho”, sino que sigo usando ese mismo procedimiento para ir mejorando cada día. Lo que sí te puedo decir que hoy me siento pleno con este estilo de vida, que valió la pena todo el esfuerzo y que quiero viajar y trabajar por varios años por todos los lugares del globo a donde me lleve mi imaginación.
¿Será que el lifestyle design es para vos?
Salvo algunas excepciones, estoy bastante seguro de que vos que estás ahí del otro lado de la pantalla estás pensando en hacer algunos cambios en tu estilo de vida para que tu vida pueda ajustarse a tus sueños y no al revés.
Como digo siempre, no hay recetas mágicas sino determinación y trabajo. Eso quiere decir que cualquier persona puede diseñar y hacer realidad la vida que sueña. Desde luego, hay quienes parten de situaciones menos favorables que otros, pero eso no tiene que ser una excusa para no intentarlo.
Entonces la respuesta es que sí: el lifestyle design es para cualquiera que quiera cambiar las reglas del juego, o bien ignorar las existentes y armar las propias.
Y cierro el post con una frase:
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