El fin de semana largo de Octubre fue la excusa perfecta para que con tres amigos (Gabriel alias «el tano», Dante y Junior) con quienes nos conocimos (o profundizamos nuestro vínculo) con salidas ciclísticas, cumpliéramos nuestro pendiente de hacer un breve viaje a Sierra de la Ventana más enfocado en el trekking – o senderismo – que en las bicicletas. Esta es la primera parte de la historia…
La previa
El vínculo entre los cuatro que conformamos la comitiva «ventanesca» se dio en realidad gracias a la reunión de intercambio de idiomas – en inglés sería «Language Exchange» – Mundo Lingo (de la que contaba acá). Luego de compartir varias charlas y aventuras al pedal, decidimos que compartiríamos alguna salida distinta, más alejada de la ciudad y, por temas logísticos – no es sencillo transportar cuatro bicicletas –, decidimos que sería sin nuestras compañeras de dos ruedas.
Así fue que bien temprano, el sábado en que comenzaba el fin de semana largo, arrancamos viaje a Sierra de la Ventana en el auto del tano.
Hacia Sierra de la Ventana
El camino es muy tranquilo y a medida que uno va avanzando, se va alejando más y más de la «civilización» encontramos menos gris y más verde, menos ruido y más paz, ciudades más pequeñas y más pueblos, menos gente y – en general – más amabilidad.
Si salen tempranito, el amanecer en viaje a Sierra de la Ventana puede sorprenderlos así:
O un poco más tarde así:
Sistema de las Sierras de Ventania
El conjunto montañoso que lleva ese nombre y que forma parte del territorio de Sierra de la Ventana, data de la Era Terciaria y resulta ser el más antiguo del mundo, con alrededor de 2200 millones de años de existencia. Son además las más altas de la provincia de Buenos Aires, superando por poco al Sistema de Tandilia, también muy antiguo.
Es esta «vejez» la que generó que hoy, gracias a la erosión, el Sistema de Ventania tenga una escasa altura, llegando a su punto más alto en el Cerro Tres Picos, a 1249 msnm – metros sobre el nivel del mar-.
En Cerro Ventana y alrededores
Nuestro viaje a Sierra de la Ventana omitió la ciudad del mismo nombre, por lo que encaramos directo para el Cerro Ventana, más específicamente para el Camping Base Cerro Ventana, a donde llegamos en horas del mediodía, habiendo recorrido casi 600 kms. desde la ciudad de Buenos Aires.
Este cerro es famoso porque en su cumbre tiene una formación rocosa que, por esos juegos entre la creatividad humana y la madre naturaleza, podemos decir que tomó la forma de una ventana que, curiosamente, se ve desde la ruta, ya que estamos hablando de una altura apenas superior a los 1000 msnm.
Sin embargo, el ascenso al Cerro Ventana estaba permitido sólo hasta las 11 de la mañana, por lo que no pudimos hacerlo ese día. En lugar de eso, fuimos justo enfrente del camping para ascender un cerro del mismo sistema y de características similares en donde no nos encontramos a nadie. La tarde estaba hermosa y sacamos algunas fotos mientras ascendíamos:
Y otras desde la cima:
Sobre el ascenso les puedo contar que, si bien no estamos hablando de una gran altura, no es del todo sencillo ya que que el terreno es muy rocoso (como pueden ver en la foto) y eso lo hace bastante más complicado de lo que uno creería. Además, es una zona cuya vegetación es muy escasa, por lo que en verano, al no tener reparo del sol, la labor es aún más exigente y, si van a elegir esa época para ir, les recomiendo llevarse una muy buena dotación de agua. En primavera el clima nos pareció ideal para recorrer la zona, otoño hubiera sido muy agradable también y – por si se lo están preguntando –, en invierno hace bastante frío.
Al volver nos dimos cuenta que, confirmando nuestra sospecha por la ausencia de otros visitantes, estábamos en propiedad privada. Cometido ya el ilícito y sin sufrir consecuencias, retratamos la situación:
Y nos sacamos una selfie (no pudimos evitarlo):
En el Camping Base Cerro Ventana
Ya de vuelta en el camping, conversamos con Héctor y Rosa, quienes tienen la concesión del lugar. Ella se mostró muy amable con nosotros desde el comienzo y él al principio estaba un poco distante, pero rápidamente entró en confianza y pudimos tener un interesante intercambio en el que Héctor añoraba los tiempos – hace unos 10 o 15 años – en que los visitantes llegaban de a cientos al camping en distintos medios de transporte y no sólo en auto: a dedo, en bus, en el tren que los dejaba bastante cerca, por mencionar algunos, y tenían una actitud distinta. Permítanme acercarles una reproducción de la charla que tuvimos:
Héctor afirma tenazmente: – Mochileros eran los de antes, ahora la gente viene en sus autos importados o sus 4×4 y se quedan una sola noche…
A lo que le pregunto: – ¿No será que la gente que viene a acampar hoy es distinta y que los mochileros van a otros lados?
Héctor no responde del todo mi pregunta y afirma: – Pero si ahora los mochileros se quedan en hostels, ¡cada día son más cómodos!
Comprendo el punto, creo que en parte tiene razón y reitero: – Es cierto Héctor, pero creo que, por algún motivo, los mochileros ya no vienen para acá, siguen otras rutas…
Continúa la conversación y en un momento Héctor nos cuenta que hace poco lo visitó un matrimonio, que el esposo se quedó en la camioneta y que una señora bajó y preguntó: – disculpe señor, ¿tiene Wi-Fi?
A lo que Héctor le contestó (y esto textual, sin filtros): – ¡no señora, acá no hay Wi-Fi, acá se coge*!
Dejo a su libre interpretación el mensaje y/o llamado a la reflexión atrás de esta frase…
* Para los lectores que no sean de Argentina o para aquellos que no conozcan lo suficiente nuestro lunfardo, les cuento que «coger» es una palabra que hace referencia (burdamente) a las relaciones íntimas que tiene una pareja, en general a aquellas carentes de romanticismo y/o amor.
Luego reflexionábamos con mis amigos que, si bien a nosotros no nos molestaba que el lugar no tuviera internet (al contrario les diría) o que uno no tuviera forma de comprobar disponibilidad y reservar o bien acceder a información del mismo o realizar consultas a través de la Web, esto posiblemente desalienta las estadías de muchos. Nosotros sabíamos que con la carpa nos íbamos a poder acomodar, pero la mayoría de las personas necesita esa seguridad de que al llegar serán recibidos y que tendrán un lugar para dormir.
En particular, el camping llevaba ya un tiempo sin teléfono por problemas técnicos, lo que hacía la comunicación más que complicada. Como se imaginarán por el diálogo que les hice llegar, en el lugar el Wi-Fi no estaba ni en los planes y esto, conjuntamente con la ausencia (casi inexistencia) de señal de celular, hace que muchas personas directamente lo descarten como lugar de hospedaje.
Lo anterior hace como un filtro en los campamentistas, ya que quienes no quieren estar en un lugar que no cuenta con esos servicios y lo chequea de antemano, no lo visitará. Sin embargo, a Héctor se lo veía desilusionado con la poca cantidad de turistas. Parecía no encontrar el equilibrio entre su tranquilidad (no le gustaba que hubiera demasiados visitantes por el ruido y el trabajo asociado) y sus ingresos.
Cerrando el día
Luego de armar la carpa, nos aprovisionamos en la ciudad (al final sí fuimos, pero por necesidad) y preparamos unos fideos con el calentador del tano, los cuales fueron acompañados con una salsa de tomate, un poco de orégano y pimentón que había llevado, y una lata de atún de Junior; todos juntos conformaron una suculenta cena para un día con bastante actividad:
Ya satisfechos, fuimos a la zona de carpas para ir a descansar. Si bien no había demasiadas carpas, en una cercana se escuchaba música alta, discusiones, cantos cual aullidos y discusiones, lo cual hacía de dormir una misión bastante complicada.
El clima estaba fresco pero agradable y mi bolsa de dormir preparada supuestamente para fríos de hasta -10 °C, además de mi poco carácter de friolento me llevaron a animarme a hacer vivac. Para quienes no sepan qué es esto, consiste en dormir a la intemperie, sólo con la bolsa de dormir (y el aislante supongo que cuenta también).
Alejado lo suficiente de la ciudad y de las carpas ruidosas, pude dormirme mirando un mar de estrellas y respirando un aire muy puro. Los insectos se hacían presentes (no al parecer los mosquitos), pero afortunadamente no había señales de yararás o de pumas, habitantes de esas tierras con los que no hubiera estado bueno cruzarse.
Dónde dormir (si no querés acampar)
Si acampar no es lo tuyo, te dejo dos opciones de alojamiento para que analices:
Si querés buscar y/o reservar alojamientos en la zona antes de acercarte, podés consultar en Booking.com.
Si sos de los que prefieren quedarse en casas de personas locales en vez de un hotel, podés usar este link para registrarte en Airbnb. Si lo usás, te van a regalar crédito para tu primera reserva y a nosotros por recomendarlo 😉
Esto fue la primera parte de nuestra visita a Sierra de la Ventana. En la segunda parte, les cuento cómo fue nuestro ascenso al Cerro Tres Picos, la pasada por la famosa «Cueva de los Guanacos«, el recorrido por Estancia Funke y la noche en la base del cerro.
¿Habías escuchado hablar del lugar? ¿Lo conocías antes de leer este relato? Contá tu historia en los comentarios 🙂
Genial Mariano !!! Ansioso por leer lo que sigue !!!
¡Gracias por leer, por el comentario y por aportar el auto para la aventura, entre otras cosas! 🙂
Buda el relato interesante pero muy corto faltan las odiseas del payaso naufrago
Y dante q se perdio meditando y el tano en on mode y yo jodiendo con el celular bahhh mi afeitadora. Come on dude parece national geographics
Muy bueno, me trajo recuerdos y fotos que no las habia visto antes….
A la espera de las demas hazañas… y de los personajes q conocimos..
Abzs
¡Gracias Dante! Próximamente la segunda parte…
¡Abrazo!
Gracias por leer y por el comentario Junior. Paso a responderte…
Pensá que lo que acabas de leer (y comentar) no es un post en un grupo privado de Facebook, sino que es una entrada en un blog (público) y hay cientos de personas que entran y leen (además de los que protagonizamos la historia) y la idea es hacer algo «digerible»: no está bueno – me parece – hacer un post kilométrico que sea tedioso para leer.
Lo del «payaso naúfrago» estará en la segunda parte, que fraccioné por lo que contaba antes; lo de Dante prefiero dejarlo como algo entre amigos, lo mismo con lo de «on mode» que es un chiste interno y a las personas que entran y visitan no les aporta nada.
Lo tuyo con la afeitadora y múltiples dispositivos está bueno para contarlo, es una linda reflexión sobre lo indispensable o no a llevar en un viaje, lo voy a incluir en la próxima si te parece.
¡Saludos!
Buenos datos, muy interesante. Donde me recomendas hacer base para hacer el cerro Ventana y el Tres Picos? casi seguro solo llevo bolsa y aislante para dormir. Aguardo tus comentarios. Saludos y gracias por compartir
Hola Germán,
Gracias por la visita y por tu comentario. Sobre el Cerro Tres Picos escribí todo un post, así que ahí tenés info de sobra, mirá: https://elgranviaje.com.ar/ascenso-al-cerro-tres-picos-en-provincia-buenos-aires/. Con respecto al Cerro Ventana, como te decía, si querés hacer varios senderos, una opción para hacer noche es el camping base Cerro Ventana donde nos quedamos nosotros.
Un abrazo y preguntá lo que necesites 🙂
Gracias por la info Mariano, imagino haré como vos, primer dia ventana, segundo la cueva y tercero cumbre en el tres picos. A la vuelta comento. Saludos
Buenísimo Germán. Que la pases muy bien y después me contás. Saludos!
buen relato, es un sueño todas la Ventania, yo solo hice el Cerro Ventana en 2005 pero el Tres Picos suena muy encantador, abrazo
¡Gracias por tu visita y por el comentario Diego! La verdad que la visita a Sierra de la Ventana fue muy buena, sobre todo el paisaje en el ascenso al Tres Picos nos sorprendió muchísimo, acá está el relato: https://elgranviaje.com.ar/ascenso-al-cerro-tres-picos-en-provincia-buenos-aires/. ¡Un abrazo, saludos viajeros!
Hola, Mariano! Veo que somos colegar ingenieros de la UTN 🙂
Te hago una consulta: ¿dónde hicieron vivac? ¿En la zona de campamento base de Sierra de la ventana? Estuve investigando pero no se si será el único lugar donde uno pueda o esté permitido quedarse para pasar la noche y prender un pequeño fuego controlado para no sufrir los efectos del frio. La idea que había pensando es armar un refugio de invierno con un tarp y que la zona sea tranquila sin mucho alboroto como el que mencionabas que por algún momento había con «música alta, discusiones, cantos cual aullidos y discusiones» para disfrutar mejor de la naturaleza y el «sonido» del silencio.
Abrazo!,
Hola Daniel! Qué bueno que seamos colegas! En qué UTN te graduaste?
Nosotros hicimos vivac en el campamento base del Cerro Ventana. Es un camping que si vas en fines de semana largos puede ser bastante ruidoso, pero fuera de eso es muy tranquilo y se disfruta muchísimo. Nosotros usamos para cocinar los clásicos calentadores que están permitidos en todos lados y no estaría seguro de si podés encender una fogata.
Hasta donde sé tienen algunos dormis, tipo refugio, para noches con bastante frío, sería cuestión de que los contactes.
Un abrazo!
Hola, Mariano! Gracias por tu respuesta.
Te cuento que me gradué en la UTN de Medrano 🙂
Todavía no tengo una fecha definida, pero tal vez la salida a Sierra sea para septiembre/octubre. Hace un rato te respondía justamente un mensaje en relación con esto pero no estoy seguro si te habrá llegado porque antes de ese te respondí otro que quedó en cola de moderación pero no vi el siguiente que te respondí también en cola de moderación entre las respuestas de ese mismo post. Básicamente lo que te preguntaba allí era si, teniendo en cuenta que ustedes viajaron en octubre, cómo lo pasaron con las bolsas de dormir en relación con las bajas temperaturas y de qué temperatura de confort fueron las bolsas de dormir que llevaron.
Ahora estoy viendo el tema de los elementos para la salida. No se cómo será en el campamento base, pero en Estancia Funke, por lo que leí, no está permitido hacer fuego con leña, así que hay que llevar un calentador. Este [1] «bicho» parece bastante práctico y al mismo tiempo liviano para llevar en una mochila.
Otra cosa que también te preguntaba en esa otra respuesta es cómo se arreglaron con el aprovisionamiento. Recuerdo haber leído algunos comentarios en TripAdvisor acerca de que conviene comprar en Tornquist porque en otros lugares de la comarca los precios están mucho más caros.
Gracias por leer!
Un abrazo!,
[1] https://www.youtube.com/watch?v=jPJNcx4CHs4
Hola! Vi que te quedaron un poco mezclados los mensajes, en el post de Puerto Madryn y en este, jeje.
Qué bueno que te graduaste en Medrano, he ido para eventos alguna que otra vez, pero no mucho más. Es bastante más grande que la de Campana, donde me gradué yo.
Ya te contaba en ese otro post que con una bolsa de 0ºC a mí me sobró y que si llevás una de 5ºC deberías andar bien, te cuento también.
En efecto no podés encender fuego, ya que son zonas secas gran parte del año, donde hay mucho riesgo de incendio, entonces es para prevenir eso. Ese calentador que viste parece muy pequeño en serio, está muy bueno! Después si lo usás contame cómo te fue.
Y sí, aprovisionarse te decía que es un poco más económico en Tornquist que en Villa Ventana.
Abrazo y buenos caminos!
Hola, Mariano!
Así que te graduaste en la de Campana… mirá vos. No conozco esa sede, pero sí cursé materias en algunas otras sedes que recuerdo eran instalaciones de colegios secundarios que eran compartidas para dictar clases de la facultad.
Los comentarios me quedaron un poco dispersos, sí, y donde hice algunos comentarios fue donde rescaté partes del viaje como lo de ir a dedo y demás que tal vez fue algo común que mencionaste en diferentes entradas no necesariamente del viaje a Sierra de la ventana. Luego un comentario llevó a otro y de pasó aproveché a mencionarte lo de la idea de viajar a Sierra de la ventana donde poder tener estas otras experiencias que te mencionaba entre estos comentarios. Será cuestión de organizarme. Si lo hago —o digamos mejor «cuando lo haga» así sueno más convencido jajajaja— te aviso y mando fotos, mismo si consigo el calentador que te decía (que es un «chiche» extra… lo que importa es hacer el viaje!) 🙂
Vi las respuestas sobre lo de la bolsa de dormir y los precios de aprovisionamiento que me hacías entre los comentarios de la otra entrada. ¡Gracias!
¡Gracias por leer!
Abrazo!,