Introducción
La Chapada Diamantina es sólo una región del país que es más grande que Bélgica: tiene 38.000 km², abarcando furiosos ríos y poderosas cascadas, numerosos morros y valles, una gruta con estalactitas y estalagmitas formando figuras de lo más caprichosas, algunas grutas de un color azul que parece pintado, toboganes naturales y pozos de agua fresca, pantanales y mucho más.
El Parque Nacional de Chapada Diamantina fue creado en 1985 para proteger la naturaleza en la región, que estaba sufriendo por la tala y por el deterioro derivado de la extracción de oro. Protege 150.000 hectáreas, abarcando los municipios de Lençóis, Palmeiras, Andaraí y Mucugê.
Nosotros hicimos base en Lençóis, cuya actividad principal es el turismo. Es una ciudad tranquila, ideal para descansar estando cerca de un sinnúmero de opciones de recorridos. De varios de ellos te voy a contar en este post.
Esta es una instantánea de la ciudad para la que conozcas un poco:
10 lugares para conocer en Chapada Diamantina
En Chapada Diamantina es imposible aburrirse: nosotros nos quedamos una semana y gracias al apoyo de Cirtur pudimos conocer varios atractivos del parque nacional. No tengo dudas de que de haber ido solos nos habríamos perdido de visitar varios y no hubiéramos tenido ese plus de información que tienen sus guías, que son en su mayoría nativos del lugar.
Estos son entonces nuestros 10 preferidos de la Chapada (el orden es arbitrario):
1) Pozo Encantado
Este pozo de agua azul se encuentra dentro de una gruta y el color es tan intenso al verlo en vivo como en una foto. No hay ningún filtro ni efecto aplicado a la imagen, es simplemente así de hermoso. El color se debe a la presencia de calcio y magnesio en el agua.
¿Un secretito? Si bien el color es natural – esto es, no hay aditivos puestos por el hombre en el mismo – lo que sí hacen los locales es remover con cierta frecuencia (en general, una vez al mes) las partículas de polvo que se acumulan en la superficie para que luzca más limpio. Para la foto, digamos.
2) Pozo Azul
De un color y belleza comparables a los del Pozo encantado, la gran diferencia con este es pozo es que te podés meter y hacer un poco de snorkel, mirá:
Ahí vas a poder encontrar algunos peces y cangrejos en el fondo pero, sobre todo, vas a poder apreciar la transparencia del agua que, por cierto, es bastante fría. En algunas partes es muy profundo, así que tenés delimitado dónde podés nadar y dónde no.
3) Cachoeira da Fumaça
Esta cascada, cuyo nombre significa en español algo así como “humareda”, tiene la particularidad de que por su escaso volumen, gran altura y fuerte viento en la zona, el agua rara vez llega al piso y termina dispersándose en el aire, como ves en la foto.
Pero te digo algo: lo más interesante no me pareció en sí la cascada – si bien la vista desde donde está es imponente -, sino el sendero que lleva hasta el lugar, desde donde se aprecia el Vale do Capão desde arriba, como ves acá:
La caminata para llegar hasta la cascada es exigente por momentos, pero no demasiado y lleva entre 2 y 3 horas, dependiendo siempre del caminante. Igual te digo que con esos paisajes no sé a vos, pero a mí se me pasa volando.
4) Poço do Diabo
Es uno de los números pozos naturales de la Chapada. Como varios de sus «compañeros», cuenta con una cascada que podés usar como hidromasaje natural, siempre y cuando encuentres la forma (el «jeito», dirían en Brasil) de ubicarte debajo de la caída de agua. Tiene agua fresca todo el año y es especial para combatir el calor veraniego.
Te cuento algo del agua: ¿viste que es de un color marrón intenso? Bueno, uno en general asocia eso a que es agua sucia, pero no es así. El color se debe a un porcentaje considerable de tanino que no le da ni olor ni sabor feo al agua sino que, por lo contrario, por lo que me decían los locales, es agua 100% potable. Eso sí, lo que también me contaban es que de tomarla conviene tener un baño cerca, ya que invita rápidamente a su visita, no sé si me explico.
5) Gruta da Lapa Doce
En esta gruta puedo decir que, por primera vez en mi vida, aprecié en vivo y en directo estalactitas y estalagmitas. Allí las vi separadas, juntas o formando unas columnas que unían la parte superior con la inferior de la cueva, separados por varios metros.
Lo más llamativo es que estas formaciones, compuestas por agua con grandes cantidades de calcio y magnesio, crecen a razón de unos 50 cm/año, por lo que haciendo algunas cuentas es fácil saber que lo que teníamos enfrente había demorado cientos de años en llegar a ese estado.
Otra cosa que llamaba nuestra atención son las caprichosas figuras que la naturaleza moldeó a lo largo del tiempo. Acá tenés un hongo por ejemplo (o algo así):
Y así como esa, recorriendo la cueva podés encontrar ángeles, tortugas y vaya a saber tu imaginación cuántas figuras más.
6) Gruta da Pratinha
Llegamos a esta gruta como parte de un tour. Me molestó que para todo lo que uno podía querer hacer allí aparte de respirar y tirarse en el pasto había que pagar: tirolesa, snorkel y qué se yo qué más y, para peor, cuando quise asomarme a la gruta para sacar algunas fotos, estaba todo el lugar “invadido” por equipos de buceo, así que la foto del interior de la gruta no fue tan buena como me hubiera gustado. La que te compartí la saqué de adentro hacia afuera, desde luego, y por eso se ve el exterior de la gruta.
Más allá de lo anterior, lo que más valía la pena del lugar, ¡y sin tener que sacar la billetera!, era una laguna de agua cristalina de un celeste bien intenso al impactarle los rayos del sol. Ahí se puede recibir una limpieza de impurezas natural y gratuita, de mano de unos simpáticos pececitos, de esos que tal vez escuchaste alguna vez que usan en oriente para los tratamientos naturales para la piel. La sensación era un poco extraña.
En resumen, esta gruta es un lindo lugar para pasar la tarde, pero sin grandes atractivos sin tener que pagar.
7) Morro do Pai Inacio
Todos los que anduvieron por la Chapada describen este morro como el ideal para ir a ver el atardecer. Y cuánta razón tienen…
Es que esta meseta tiene una ubicación privilegiada en el valle, por lo que brinda unas panorámicas de esas que quitan el aliento y te invitan al silencio, a la contemplación.
La entrada cuesta unos pocos reales y el ascenso es bastante fácil, de poco más de media hora dependiendo de tu ritmo, así que no hay excusas. Además se llega en unos 45 minutos en vehículo desde la ciudad de Lençóis, así que ese es otro punto positivo.
Si bien suele llenarse bastante de gente (en algunas épocas del año más que en otras), como en la cima es bien amplio, no debería costarte mucho encontrar un lugar para asomarte, disfrutar del espectáculo y, por qué no, sacar algunas fotos de esas que parece que estás volando, cayéndote y todas esas cosas que uno hace cuando está cerca de un precipicio, ¿no?
8) Parque Municipal da Muritiba (Circuito Serrano)
Este un recorrido para hacer cerca de Lençois que te permite una inmersión en la historia del oro de la ciudad, la historia de los garimpeiros. Eso sí, para llevarte más de la visita tendrías que hacer una excursión o ir con algún local, porque lamentablemente en los senderos no hay cartelería con información al respecto.
Nosotros fuimos acompañados por Dai, uno de los guías de Cirtur, nativo de la zona. Nos empapó de información, anécdotas y secretos locales.
Durante el recorrido podés visitar algunas cascadas como la Cachoeira da Primavera, varios pozos naturales como el Halley, el “famoso” salón de arenas coloridas y un mirador desde donde tenés una vista panorámica de Lençois de esas que te hacen sentir que valió la pena todo el esfuerzo físico que invertiste para llegar hasta ahí:
9) Ribeirão do Meio
Se llega a este lugar con un sendero de menos de una hora desde la ciudad de Lençois. El camino tiene una abundante vegetación, una gran variedad de aves y una dificultad más bien baja.
Al llegar se puede disfrutar de algunas piscinas naturales y, lo más divertido, de un tobogán – también natural – desde donde podés tirarte luego de subir algunos metros por las piedras:
10) Marimbus y Río Roncador
Si bien te conté que el orden de estos 10 lugares para conocer en Chapada Diamantina era arbitrario, sí dejé lo mejor para lo último, porque la excursión de Marimbus podemos decir que fue nuestra preferida en la región.
Es que Marimbus lo tuvo todo: comenzó con un recorrido en vehículo yendo a Remanso, donde nos encontramos con quienes nos alquilaron el bote y nos asignaron a un guía local. Después nos trasladamos hasta donde comenzó la navegación por el río Santo Antonio, que te la voy a contar con un videito de medio minuto, mirá:
A la navegación le siguió una caminata por terreno selvático, para llegar a una casa en donde había cientos de mangos en el piso, nunca vimos tantos juntos. Para mejor, estaban listos para comer y cuando los fuimos devorando, eran uno más dulce que el otro. Mi paraíso terrenal tiene que estar lleno de mangos, no tengo dudas.
Después de eso, caminamos otro poco hasta el río Roncador, donde nos encontramos con estas piscinas naturales, donde nos quedamos un rato a disfrutar la tarde y a acumular un poco de hambre:
Así que después de disfrutar del río, fuimos a almorzar a una comunidad quilombola:
Y lo que fue un gran recorrido terminó con una caminata también cruzando a través de comunidades locales y conociendo más de la flora y fauna del lugar, especialmente varios árboles de cajú y muchos tipos de aves distintos. Ah, ¡y muchos mosquitos!
Cómo llegar
Lo más habitual es llegar a este Parque desde la ciudad de Salvador, capital del estado de Bahía. Si vas en bus suele haber tres servicios diarios y el precio ronda los 85 reales por tramo. Considerando que son poco más de 400 kms., la verdad es que no resulta tan caro.
Si no conocés Salvador, te puedo asegurar que es una ciudad que vale mucho la pena tu visita, pero como nosotros todavía no escribimos al respecto, te invitamos a pasar por la guía de Salvador que armó nuestra colega Gilda.
¿Dónde dormir?
Cierro la entrada dándote una opción para pasar la noche en Lencóis, ciudad donde decidimos hacer base para conocer Chapada Diamantina.
Como nos gusta recomendar lo conocido o de los que otros nos han dado muy buenas referencias, en este caso te puedo decir que un lugar ideal para quedarse en Lençois es la Hospedaria Doce Lar:
Queda bien cerca del centro de Lençóis, pero es más tranquilo, menos ruidoso y con más vegetación:
Si vas allá, te van a recibir sus dueños, que conocen muy bien la zona – por lo que te van a dar muy buenos consejos para recorrerla – y preparan unos desayunos espectaculares.
Ahí te vas a hacer sentir como en casa 😉
“Este es un post patrocinado, esto significa que hemos recibido algunos de los servicios mencionados en este artículo por mencionar la marca en el mismo. Las opiniones del post son independientes y están basadas en nuestra percepción real sobre dichos servicios”.
Esto fue 10 lugares para coocer en Chapada Diamantina, ¿habías escuchado hablar sobre este parque? ¿hay algún lugar que conozcas que nos haya quedado afuera? Dejanos tu consulta o aporte 😉