Llegó el momento…

No más excusas, no más miedos, siento que es hora de dejar de pensar en el futuro o en el pasado. Decidí, una vez más, enfocarme en el presente y dejarme llevar por lo que sentía.

Un gran paso

Así que aquí estoy, acabo de dar lo que yo entiendo que es un gran paso: acabo de renunciar a mi trabajo. No estaba disfrutándolo, no me hacía sentir pleno y no me hallaba motivado al arrancar cada día yendo a la oficina, así que renuncié.

En la empresa había un muy buen ambiente laboral, mi sueldo cubría con creces mis necesidades básicas, algunas de las tareas que realizaba me gustaban y el régimen horario no era tan estricto, entre otros aspectos positivos. Pero decidí no conformarme con eso: aprovechando el cierre del proyecto en el que estaba participando en el trabajo y el fin de mi contrato de alquiler, sentí que era un gran momento para hacer un cambio.

Por como se los cuento, parece que fue muy sencilla la decisión, pero créanme que no fue así, este es sólo un hito más de todo un proceso que vengo atravesando y del que voy a contarles en distintos posts, debido a que abarca diversos aspectos de mi vida, que no quiero plasmar en uno solo, cuya lectura sea tediosa.

Un tiempo de descanso y reflexión antes de comenzar una nueva etapa

Pero este cambio del que les estoy contando no fue un cambio solamente en lo laboral, sino un cambio más profundo. Por primera vez en mi vida, renuncié a un trabajo sin tener otro esperándome. Sentí que era un buen momento para descansar, reflexionar y aprender nuevas herramientas para comenzar de nuevo, pero esta vez lo voy hacer por mi cuenta. No quiero seguir trabajando bajo dependencia sin antes esforzarme buscando trabajar de manera independiente (o freelancer). Conocí a muchas personas que lo han hecho, algunos colegas y otros no, numerosos casos que prueban que es posible, que es una realidad muy distinta con una dinámica totalmente diferente que quiero experimentar en carne propia y no sólo quedarme sólo con lo que me dijeron o lo que leí. Les digo más: Aunque nadie lo haya hecho, esto no querría decir que no se pueda, pero sí lo hace aún más desafiante, citando a Mandela: «Todo parece imposible hasta que se hace.»

Y ahora, citando a Lennon, «You may say I’m a dreamer» (podrán decir que soy un soñador), pero realmente siento que voy a descubrir aquello que, como trabajo:

  • Me llene de energía y no que me la exprima.
  • Me apasione.
  • No me incentive a mirar el reloj esperando la hora de almuerzo o la hora de irme.
  • No me incite a estar permanentemente contando los días que faltan para el fin de semana o para las vacaciones
  • Saque lo mejor de mí.
  • Esté permanentemente planteándome nuevos desafíos.
  • Esté alineado a mi ser.
  • Me llene.
  • Me haga sentir pleno.

Por todos estos motivos que les cuento y algunos más, es que tomé la decisión que tomé. Y esto abre la puerta también a algo que yo sentía que iba a hacer en un futuro no muy lejano…

Mi primer «Gran Viaje»

Ha llegado el momento. Ya tengo los pasajes para el 2 de Enero: Saldremos con mi novia en tren hacia la ciudad de Córdoba de mochileros. Mi primer «Gran Viaje» pasó a ser nuestro primer gran viaje.

Por primera vez, comenzaré un viaje cuya fecha de retorno no quiero ni necesito pautar de antemano. Visitaremos varias provincias argentinas, que no están predefinidas, pero que podrían ser (además de Córdoba): Mendoza, San Luis, San Juan, La Rioja y Catamarca. Ella deberá volver poco después de un mes de viaje, pero yo seguiré un poco más, recorriendo otros países: Chile, Perú y Bolivia están en la mira, pero todo puede ser, el camino lo dirá.

Mi primer Gran Viaje comienza pronto…