Queridos lectores:
Llegó el momento de dejar volar las palabras del alma. Hoy decidí compartir algo de poesía con ustedes. Para darles un poco de contexto, en el viaje que hicimos a comienzos de 2014, cuando estuvimos en Merlo, le había prometido a Ariel, el hijo adolescente de una de las familias que nos hospedó, que le iba a escribir una canción de nuestro viaje para que cante. Luego de viajar un mes y medio por Argentina y parte de Bolivia con Mariano, tuve que volverme a Buenos Aires para continuar mis estudios, pero él siguió camino un tiempo más hasta Perú. Fue entonces, cuando al volver, en ese tiempo de soledad y con añoranzas de los caminos recorridos, escribí estos versos libres:
La vida es una ruleta
Levantamos un dedo pulgar
que apunta hacia el cielo infinito,
poco tiempo ha pasado
y un cóndor bondadoso
nos ha parado.
Así junto a él
extendimos nuestras alas,
y volamos a un lugar
del cual aún
no sabíamos nada.
Llegamos a nuestro nuevo destino
n nos dejamos caer junto a la brisa.
Aterrizamos a un costado
y cargamos nuestras mochilas,
sin que hiciera falta conocer
el lugar al cual iríamos.
La vida es una ruleta
no siempre hay que marcar las coordenadas,
las sorpresas más grandes
vienen cuando no planificas nada.
Hay que abrir el corazón
y llevarlo hacia el mundo,
porque él quiere que se comparta
lo que a todos pertenece.
Todos los prejuicios,
todos los temores
no son más que infundados,
sin sentido, y sin causa.
Soy de la ciudad encarcelada,
y aún sigo con vida,
por qué me mataría
aquel sitio donde se respira
un aire de libertad genuina.
Qué hermoso, Meri! 🙂
¡Gracias, Fran! Me alegro que te haya gustado 😀
Siempre que la leo me emociona. Escribiste muy bien parte del mundo que te permitis vivir.
Una bella poesía que armó Mariel, sin dudas. Cada tanto la releo y me gusta mucho.