Por segundo año consecutivo estoy cumpliendo años lejos de casa. En cierta forma se siente extraño, porque por un lado me gustaría estar cerca de mi familia y amigos, hacer una o varias reuniones para compartirlo con ellos, comiendo, charlando y hablando de nuestras cosas. Pero por otro lado, estoy feliz, muy feliz, porque estoy viviendo mi sueño. Sé que estoy donde tengo que estar, haciendo lo que quiero hacer y que no podría hacerlo con nadie más.

Hoy estoy cumpliendo 30 años y estoy en Florianópolis, cerca pero lejos a la vez. Si estoy acá es porque así lo quise; de hecho, unos meses antes de salir de viaje habíamos hablado con Mariel de que no queríamos pasar nuestro cumpleaños en casa. No por no estar para esas fechas, sino porque para este momento ya queríamos estar viajando. Y en eso estamos.

No te voy a decir que no extraño el abrazo de los más cercanos, de los que me conocen de hace muchos años, pero si bien no es lo mismo, la tecnología que hoy me está permitiendo “traviajar”, también me permite verlos y escucharlos, aunque no estén acá al lado mío. Nunca antes en la historia de la humanidad se pudo estar tan cerca, sin estarlo físicamente. Sí, ya sé, no es lo mismo, pero ayuda mucho.

Viajar me ha dado y me seguirá dando muchísimas alegrías y por eso lo elijo cada día contra la alternativa de estar quieto, pero no es fácil. Tomarse unas semanas de vacaciones tal vez lo sea, pero hacer un viaje largo, no lo es tanto. Cuesta bastante no estar para los cumpleaños o, peor aún, para los bautismos o casamientos, que son tan especiales e irremplazables. Pero estas son consecuencias inevitables de mis decisiones y por eso las acepto y enfrento.

A mi familia y a todas esas personas tan especiales que la vida fue poniendo en mi camino y a los que yo elijo como mi familia – a esos que llamamos “amigos” – se los extraña y mucho, pero tanto ellos como yo sabemos que a los pagos siempre se vuelve y que los lazos que nos unen son tan fuertes y duraderos que pueden pasar meses o años, pero al volver, en su esencia, nada habrá cambiado.

Hoy estoy haciendo lo que deseo con todo mi ser, lo que siento profundamente, lo que vibra dentro mío y lo que me moviliza cada día al levantarme y acompaña mis sueños al terminar cada día. Hoy estoy entregado por completo al viaje, porque no me puedo engañar más, no puedo postergarlo ni negarlo ya. Hace un tiempo abrí los ojos y soy consciente de muchas cosas, ya no puedo tapar el sol con las manos.

Hoy cumplí 30 años y debería entrar en una especie de crisis existencial, ¿no? Pero, ¿sabés qué? Estoy feliz, pleno, cumpliendo mi sueño, reinventándome y esforzándome cada día por aprender algo nuevo, por conectarme con personas en lugares distintos, por comenzar nuevos proyectos, por descubrir paisajes para seguir atesorando, por conocer aún más a aquellas culturas que son distintas a la mía, siempre a través de la gente. Todo esto me lleva permanentemente a replantearme mis paradigmas, mis modelos mentales y por eso cambio, cambio todo el tiempo y, ¿sabés qué? No le temo al cambio, el cambio es parte de esta vida en la que todos estamos inmersos y lo acepto y me dejo fluir.

Hoy vivo el presente. Eso no quiere decir que esté en el aire, bueno, tal vez un poco si considerás que ser un soñador es estarlo un poco. Pero sí te digo que aún en el fluir de los días por este mundo tengo una visión y sé que cada paso que voy dando está en esa dirección, en mayor o menor grado. La incertidumbre, al igual que el cambio, es inevitable y es parte de esta vida. También lo acepto, porque es muy difícil garantizar el porvenir. Lo único real es el presente y hoy estoy cada día concentrándome en vivirlo al máximo, sin perder de vista ese rumbo, esa visión u horizonte que me planteé.

Hoy cumplí 30 años y estoy en mi mejor momento. Esto que dan a llamar “vida” se pone cada día un poco más apasionante y estoy viviendo el presente, expectante de lo que vendrá, porque sé que cuando uno está convencido y determinado del camino emprendido, si bien habrá nuevos desafíos, siempre, pero siempre, lo mejor está por venir.