Breve resumen de la práctica del yoga, por qué te recomiendo practicar yoga, algunas de sus disciplinas y los beneficios para tu organismo.

¿Y por qué no? ¿ No vale la pena intentarlo?

Hace algunos meses, conversaba con alguien sobre mi exceso de energía (luego descubrí que eso venía de la mano con una dificultad para la relajación, con todo lo que eso implica) y me hicieron una pregunta clave: ¿Nunca se te ocurrió empezar yoga? A esa pregunta mi respuesta era negativa: Sinceramente no se me había pasado por la cabeza, y cuando me lo plantearon quedó el tema dando vueltas en mi mente, la cual es bastante curiosa e inquieta afortunadamente. Así me hice, entre otras, las dos preguntas que le dan introducción a esta pequeña (pero creo yo que importante) entrada en este humilde blog: ¿Por qué no? ¿Qué pierdo con intentarlo?

Lo que necesitaba en el momento que lo necesitaba

¿En qué estábamos? ¡Ah sí, la palabra yoga dando vueltas en mi mente! Ahora bien, a que no saben mis queridos lectores qué recibo en mi mail al par de días… una oferta de un Groupon por 8 clases de yoga a $40 (sí, el precio mínimo de la entrada a algunos pubs o boliches y difícilmente más de la mitad de lo que sale un mes de gimnasio, por dar dos ejemplos concretos) a poco más de 10 cuadras del departamento que alquilo en Capital, donde vivo en la semana. Así fue, tan simple pero a la vez tan oportuno y cada uno de ustedes puede hacer de esta «casualidad» la lectura que más les guste. No lo dudé un minuto y compré el Groupon, ya que algo que aprendí y que me ha dado muchas satisfacciones es a guardarme mis prejuicios en el bolsillo y a vivir, a experimentar, a conocer ya que, en mi opinión, es mucho más rico que quedarse con lo que uno leyó, con lo que le contaron o con una combinación de ambas. Así fue que decidí empezar yoga.

La práctica del Yoga

El Yoga es una práctica milenaria, se puede hacer un blog solamente de esto y van a encontrar mucha información y mucha más gente que lo practica de la que ustedes creen (se los digo por experiencia propia), por eso mi idea no es abundar sobre la práctica sino intentar despertar la inquietud en algunos de ustedes compartiendo mi experiencia. Algo que veo es que muchos parecen tener vergüenza de decir que practican yoga (sobre todo los jóvenes) y es una pena, ya que conocí muchas personas que hace años van a yoga y me enteré de eso solo después de contar que yo había empezado. Hagan la prueba, hagan esa pregunta y les aseguro que se van a sorprender. Yo vergüenza no tengo, así que lo comparto con ustedes.

Un prejuicio es la edad promedio de las personas que practican yoga, o siendo más concreto, habitualmente me encuentro con la siguiente pregunta (la transcribo textual, podrán imaginarse a este punto y leyendo el resto que no comparto esa idea): ¿Pero ahí en la clase son todas «viejas»? De esto último pueden leerse varias cosas a lo cual contribuyo con mi experiencia:

  1. Es una práctica donde predominan las mujeres. Esto al menos por mi experiencia es cierto, en una relación de 75% mujeres /25% hombres pero puede cambiar según la disciplina, el lugar donde uno practique, etc.
  2. En la clase predominan las personas «mayores». Esto no se cumple, de hecho, el promedio de edad en la clase que voy yo difícilmente supera los 27 años.
  3. Los hombres que van (permítanme el término) son gay. Cuando cuento que voy a yoga sale el clásico comentario como «pero, andá a hacer fierros». Sobre esto no necesito hacer ninguna aclaración, creo que el mensaje queda claro, y apunto nuevamente a resaltar los prejuicios.

Las distintas disciplinas del Yoga

Hay distintas disciplinas (podrían verse como «escuelas») dentro de la práctica del Yoga y les puedo asegurar que, si se deciden por empezar, investigando un poco van a poder encontrar aquella que se ajuste mejor al momento que estén atravesando en su paso por esta vida. En mi caso, entendí que necesitaba relajarme, hacer algo que me «bajara un cambio» (o dos) y encontré en el Hatha Yoga la una disciplina que me hizo bárbaro, ya que es una práctica más «tranquila»: menos exigente en cuanto al esfuerzo físico y por lo tanto, ayuda más que otras a alcanzar un estado de relajación para aquellos que somos un poco (o bastante) inquietos.

¿Y por qué yo empezaría Yoga?

En este punto y el final por el momento, voy a ser coherente y predicar con el ejemplo: les voy a contar a mí que me está aportando y que me va a seguir aportando (porque les aseguro que esto es un «camino de ida»):

  • Elongación: El yoga, a través de las posturas o «asanas» trabaja todo el cuerpo, hasta el último músculo, más que cualquier rutina de gimnasio (fui muchos años así que puedo afirmarlo sin ninguna duda). En este punto sólo es comparable a otras prácticas como Pilates o Stretching, pero en estos dos últimos casos sólo puedo mencionarlos a través de comentarios  e otras personas. Si puedo afirmar que ni con Pilates ni con Stretching trabajan fuertemente sobre los siguientes puntos que menciono. En lo personal, desde que comencé a estudiar y trabajar, nunca trabajé tanto mi elongación y estuve tan cómodo en cuanto a espalda, cuello y cervicales, y eso que una buena rutina de gimnasio trabaja muy bien estas zonas y otras, pero no se puede comparar en mi opinión.
  • Meditación: Para poder vivirlo, tienen que estar en un momento muy especial de su vida, muy predispuestos y, por sobre todas las cosas, para que todo lo anterior pueda darse, con la mente bien  bierta para vivir nuevas experiencias. Les puedo asegurar que si se cumplen las condiciones, puede ser algo valiosísimo: es una forma de conectarse con uno mismo, de conocerse, de aprender, de crecer.
  • Relajación: Si bien me aseguran que cuando uno domina la práctica muchos aspectos que al empezar ayudan, luego se vuelven «accesorios», los voy a mencionar  porque yo los disfruto y me ayudan a meterme más en la práctica:
    • Su profesor de yoga es un guía, por lo que su voz y su presencia influyen en cómo van practicando y también participan, entre otras cosas, en la corrección de las posturas, ya que si logran encontrar el equilibrio al realizarlas, van a poder concentrarse mejor en su respiración (el siguiente punto a describir).
    •  El lugar contribuye si es tranquilo, espacioso y la iluminación adecuada (si pudieran practicarlo al aire libre, en un parque donde tengan la tranquilidad necesaria, entiendo que sería mejor aún, pero esto no es fácil de encontrar).
    • La música va cambiando según el momento de la práctica que van atravesando y ayuda mucho.
    • Los aromas también colaboran: según dónde practiquen, van a poder tener esta «ayudita» para concentrarse mejor y disfrutar más aún de la práctica.
  • Respiración: Este es el último pero más importante punto de los que yo voy a destacar de la práctica. Mi profesora y distintas personas que practican yoga, me aseguran que alcanzar la respiración es uno de los principales objetivos de la práctica. Puntualmente se trabaja en la Respiración Consciente, ya que en la mayor parte del tiempo, en nuestro día a día, no somos conscientes de nuestra respiración y por eso desperdiciamos nuestra capacidad pulmonar, olvidándonos de que  la respiración tiene grandes aportes a nuestro organismo que con esta técnica podemos potenciarlos.

Todo esto que les cuento, ha surgido muy espontáneamente en base a mi experiencia, así que sabrán disculpar si alguno de los lectores está un poco más en tema y estoy omitiendo algo o no siendo muy específico sobre alguno de los puntos que trato. Como la idea es que esto sea lo más dinámico posible, está de más decir que todo aporte de su parte es más que bienvenido.

Yoga en el camino

Cerrando este artículo quiero compartirles un mapa con distintos lugares en donde hemos asistido a clases de yoga con Mariel mientras damos la vuelta a Sudamérica. Ya sea que busques un lugar para practicar yoga en tu ciudad o alguno para hacerlo en viaje, espero que encuentren ahí lo que buscan.

 


Foto de portada:  Andrew Kalat, https://goo.gl/aIkXBr