Acompañando al “Partido de la Red”

Ayer fue un día muy especial para mí: Desde hace mucho tiempo que no me pasa que me voy acostar y siento tanta emoción, inquietud y plenitud pero gracias a la políticadediqué mi Domingo fiscalizando las elecciones nacionales para el Partido de la Red (PdR en adelante) y aprendí muchísimo, estando del “otro lado del mostrador”. Pero ya volveremos sobre este punto, indaguemos un poco en cómo llegamos a esta participación.

Mis primeros pasos en política

Mis primeros pasos en este campo se dieron en el Centro de Estudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional donde estudié para alcanzar finalmente el año pasado el título de Ingeniero en Sistemas de Información. Al centro me acerqué por curiosidad y de a poco, colaborando, con energía y decisión, me gané el lugarcito como Secretario General y pude ayudar intermediando entre el alumnado y los autoridades por temas especialmente edilicios y académicos. Fue una experiencia muy enriquecedora.

En la universidad estaba siempre en movimiento, investigando, participando y aprendiendo, también fuera de las aulas y vieron en mí un buen candidato para ser consejero departamental de sistemas en la facultad. Fui incluido en la lista (la única en esa oportunidad), fuimos validados por el alumnado y comenzó así un período de dos años en donde participé de distintas reuniones en donde teníamos voz y voto en las decisiones relacionadas con el departamento. Culminaba así otra gran experiencia y mi segundo hito en política, también en el contexto universitario.

Volviendo a la política: Amor a primera vista

Mi retorno, casi inevitable aunque impredecible, se produjo cuando un amigo mío me habló del PdR. Me contó que todo nació con una idea, pero, a diferencia de muchas otras, esto no quedó ahí, sino que las personas atrás de esta idea empezaron a poner mucha pasión, energía y acción en hacerla realidad. Y cuando esto sucede, les puedo asegurar que es contagioso y así muchos se fueron sumando para darle forma, entre los cuales me incluyo, ya que me apasionó el proyecto.

¿Y qué plantea el PdR? Hoy nos encontramos en la era de la información, es innegable la influencia de las nuevas tecnologías en nuestras vidas: por donde miremos están presentes, todo potenciado con la “explosión” de Internet, pero ¿Qué pasa con el sistema político? ¿Por qué ahí no llegaron? Sucede que, en Argentina por ejemplo, votamos cada dos años a nuestros representantes en el Poder Legislativo y cada cuatro años a los que nos representan en el Poder Ejecutivo y el resto del tiempo, los canales para la participación en política son prehistóricos, no evolucionaron prácticamente nada desde la invención de la imprenta, son ineficientes y no son un reflejo de la era actual; no se fomenta a la ciudadanía a participar en política porque a nuestros representantes, al parecer, no les interesa que lo hagamos.

Haciendo historia

Indignados con esta realidad, desde el PdR empezaron a trabajar para cambiarlo y esa idea con la que comenzaron es ya un proyecto que crece cada día exponencialmente. El partido tiene un mes y medio de existencia legal y ayer, en las elecciones del 27 de Octubre se superaron los 20.000 votos en su candidatura para la legislación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pensar que hace unos pocos meses se estaban moviendo para poder juntar las que finalmente fueron poco más de 4.000 firmas para poder presentarse en las elecciones de ayer y fue tanta la aceptación que quintuplicaron esa cifra en sólo un par de meses.

Siendo una pequeña parte de la historia

Así fue que hace un par de semanas, este amigo que les mencionaba me comentaba que en el PdR estaban buscando voluntarios para fiscalizar las elecciones. Toda la campaña se hizo “a pulmón” (en Argentina usamos esta expresión para referirnos a algo que se hace con mucho esfuerzo, y generalmente, con pocos recursos) y no había presupuesto para pagar por este trabajo a los fiscales, como muchos otros partidos políticos hacen, así que todos los que colaboramos lo hicimos por sentirnos representados por el proyecto y donamos nuestro tiempo, nuestro domingo íntegro para esta función, asumiendo el compromiso de ejercer este rol lo mejor que nos fuera posible. Nos capacitamos previamente para hacerlo también, teniendo muchos de nosotros la posibilidad de conocer a gran parte de los candidatos.

Sin abundar mucho en dicha labor, porque podría escribir otro post sólo del trabajo realizado en el día de ayer, simplemente les comento que fiscalizar en las elecciones consistió en garantizar la existencia de boletas del partido a lo largo del día en cada una de las mesas donde la gente votaría (en mi caso en dos escuelas distintas, en un total de 21 mesas) y supervisar luego durante el escrutinio que cada uno de los votos que los votantes emitieron por el partido esté reflejado en las actas que son las que marcan el resultado final.

Mi primera vez en un búnker

Finalizada la labor como fiscal, me acerqué al búnker (en Argentina llamamos así al lugar donde el partido político se reúne en la espera de los resultados oficiales de la elección), a donde fuimos invitados y donde entendí por primera vez, por vivirlo desde adentro, por qué se le llama así: Estando allí, estábamos compartiendo ese momento, totalmente inmersos en la realidad del partido, nada más existía en ese instante. No tenía idea y no me interesaba por el momento tampoco, cómo le estaba yendo a los otros partidos, ni siquiera en las categorías por las que el PdR no participaba.

Pasé una noche increíble, compartiendo charlas y emociones con muchas personas con las que tenía afinidad, más allá de la garantizada por la participación en esta nueva forma de hacer política.

El comienzo del cambio

Estoy muy contento de haber sido una pequeña parte en un acontecimiento que hizo historia, de esto último estoy convencido. En un tiempo, podremos ver al sistema político actual como algo obsoleto. Evidentemente, alguien tenía que dar el primer paso y el PdR lo ha hecho. Recuerden, esto es sólo el comienzo, archiven esta nota, regístrenlo porque me arriesgo a predecir que en dos años, habrá al menos una banca ocupada en el país por alguien que represente especialmente a todos aquellos que entendemos que el sistema político actual debe cambiar y que las nuevas tecnologías tienen que tener una parte importante en esto.