Esta es mi guía con 16 consejos para viajar a dedo. Son el fruto de muchos kilómetros recorridos a dedo por varios países de Sudamérica.
Sobre viajar a dedo
Te digo algo: si sentís que tenés ganas de intentarlo, hacelo porque no te vas a arrepentir. Viajar a dedo es un camino de ida: cuando lo hagas, vas a ver que es una manera única de conectarte con las personas, de conocer gente local, de brindar compañía a alguien en su viaje, de llevarte algún consejo o algún aprendizaje, algún dato de dónde podés ir o dónde quedarte. Haciendo dedo podés inclusive recibir una invitación a comer o de quedarte en una casa, las posibilidades son infinitas. Y otra cosa que no te dije es que haciendo dedo vas a ahorrar muchísimo dinero, pero hoy creo que ese no puede ser el motivo principal, ya que si realmente no lo disfrutás, no tiene sentido.
A fin de cuentas, de una conexión espontánea entre personas todo puede surgir. Viajar a dedo es abrir una nueva puerta en la forma en que viajás, es abrirte a nuevas experiencias, es abrir tu corazón, es dar y recibir consejos e historias. Pero ya estoy filosofando mucho, así que mejor vamos al grano. Eso sí, si querés un poco más de poesía sobre el arte de hacer dedo, pasá por este post que tiene un poema que escribió mi compañera de aventuras.
Mis consejos para viajar a dedo
Ahora sí entonces, vamos a lo que te trajo hasta acá. Te voy a compartir muchos tips para que cuando arranques a hacer dedo ya salgas a la cancha con bastante ventaja. Si ya tenés algo de experiencia, estoy seguro de que algún consejito nuevo te llevás también. Ahí van.
0) Sonreir
Sí, este más que el consejo 1, es el 0, es la base de todo. Yo sé que al llegar a la ruta a hacer dedo podés estar cansado, aburrido, con hambre, sed o ganas de ir al baño, pero es muy difícil que levanten a alguien con cara de traste, te lo garantizo. Seguro que te va a ir mucho mejor si sacás de la mochila tu mejor sonrisa, vas a ver.
Y es más, no sólo tenés que sonreir cuando el auto viene de frente, sino que cuando ya pasó por al lado tuyo y en principio parece que no te va a parar, date vuelta, sonreí y saludá con la mejor buena onda que te salga, ¿sabés por qué? Porque aún cuando tal vez no te iban a parar en primera instancia, con ese gesto podés ganarte el viaje. Te lo digo porque nos pasó una bocha de veces, así que creeme.
1) Lograr un contacto visual con el conductor
A ver, ponete del lado del que viene en el vehículo: estás tranqui al volante y ves a un loco pulgar arriba pidiéndote compartir el viaje con vos, ¿qué creés que necesitás para convencerlo de que te lleve? ¡Que lo mires a los ojos! Y te digo algo más, si el conductor viene acompañado, podés mirar al acompañante también, porque muchas veces influyen mucho en la decisión.
2) Usá un cartel
Sí, ya sé, el cartel no es obligatorio ni necesario y te vas a encontrar con muchas personas que hacen dedo sin cartel y les va bien, pero yo te lo recomiendo por varios motivos:
- Algunas personas que tengan por delante un viaje largo, pueden no tener ganas de parar para llevar a alguien unos pocos kilómetros, pero sí les interesaría hacerlo por un buen tramo. Por ejemplo, cuando estábamos en Junín, un señor que iba para Uspallata vio nuestro cartel que decía San Luis y paró especialmente porque al leer el nombre de esa ciudad, sabía que tenía al menos 500 kms. con compañía en ruta por delante.
- Muchos conductores nos han confesado que el cartel nos hace ver más «profesionales», menos improvisados o «más viajeros», digamos. Ya sé que es muy subjetivo, pero te aseguro que, como el conductor tiene pocos segundos para decidir si para o no, esos detalles suman.
- A veces la persona que te va a parar es oriundo de la ciudad que va a ser protagonista de tu cartel. Eso genera una identificación, una cierta afinidad y conexión con el conductor que pueden ayudar a que pare.
3) Ubicate en las afueras de la ciudad, apuntando a donde querés ir
No hace falta que te diga que es bastante difícil que te levanten en el medio de una ciudad, sobre todo cuando es grande. No te voy a negar que lo hice más de una vez y que encima me funcionó, pero eso no quiere decir que sea la carta para el éxito dedístico.
Entonces, casi siempre va a ser necesario que salgas de la ciudad en la que estás hacia un punto en donde filtres gran parte del tránsito que no vaya a donde vos no vas. Un ejemplo: Si 500 metros más adelante de donde vos estás tenés una entrada a una ciudad, tal vez te convenga moverte justo después de esa entrada por dos motivos: primero, porque no vas a perder el tiempo con autos que entran a la ciudad y segundo, porque si no te movés, podés perder a los que salgan de la ciudad y vayan a donde vos querés ir.
¿Cuáles serían buenos puntos entonces? Rotondas, cruces, controles policiales o de gendarmería, estaciones de servicio, peajes, entre otros. Pero ya vamos a hablar de varios de estos.
4) Si estás en una ciudad muy grande, podés ir primero a una ciudad más chica
¿Qué pasa si estás en una ciudad bastante grande y no sabés dónde corno empezar a hacer dedo? Supongamos, por dar un buen ejemplo, que querés salir a dedo de Buenos Aires. A nosotros lo que nos funciona en estos casos es tomar algún transporte público para llegar a una ciudad cercana más pequeña y de ahí comenzar a hacer dedo. Eso cuando no nos alcanza la persona que nos está alojando, lo que sucede muchas veces, por suerte.
Por ejemplo, para ir a dedo de Buenos Aires a Carhué, primero nos tomamos un tren a Cañuelas para adelantar 65 kms., pero sobre todo para salir de la gran ciudad, donde era poco probable que nos levanten. De ahí seguimos a dedo y recorrimos los más de 500 kms. faltantes en sólo algunas horas, combinando varios tramos con distintos conductores. Si hubiéramos intentado comenzar a hacer dedo en la General Paz creo que todavía seguiríamos ahí.
5) Especialmente para ciudades bien grandes, amigate con los peajes
Los peajes que están a la salida de una ciudad nos han resultado excelentes puntos para hacer dedo. Para aprovecharlos, te podés parar después de la garita con un buen cartel y una sonrisa y vas a ver que, como los conductores están recién arrancando, te va a ser fácil lograr el contacto visual que tanto necesitás. Si además el peaje tiene una ubicación estratégica, es un éxito garantizado (bueno, o casi).
6) Tu mochila se tiene que ver (y bien)
Uno de los motivos que hace a la gente detenerse para llevarte es que te vean como a un viajero, ¿y sabés de qué depende en gran parte eso? De que se vea tu mochila. Aunque cueste verlo al principio, eso a la gente le da cierta confianza. Además, la gente asocia a la mochila muchas aventuras, historias y buena onda, en otras palabras, una buena compañía para su viaje.
Muchas veces, inclusive, eso mismo puede lograr que la gente tenga empatía y afinidad por vos, porque tal vez ya han viajado de mochileros en el pasado. Eso pasa seguido y en numerosas oportunidades nos lo comentaron.
Entonces, mostrá tu mochila orgullosamente, que se vea erguida y con buena presencia, y no como un costal de papas tirada en el piso.
7) ¡Mostrate!
Parece obvio, pero tenés que tratar de evitar cualquier tipo de accesorio o indumentaria que no deje que se te vea bien la cara. No te olvides que tenés que establecer un contacto visual y de alguna manera transmitirle buena energía a esa persona, así que para eso tienen que verte bien. Gorros, sombreros y anteojos de sol, entre otros, te pueden jugar en contra. Obviamente, hay que cuidarse del sol fuerte y del frío, por lo que tal vez tengas que hacer algún tipo de excepción, pero siempre que puedas, evitalo.
Por otra parte, fijate de estar lo más cerca de la ruta posible, siempre cuidando tu seguridad. Si tenés algún tipo de árbol cerca, tratá de que no te tape ni a vos ni a tu compañero/a de viaje. Lo mismo aplica a carteles, inclusive el que vos armes, que es fácil que te tapes la cara sin darte cuenta cuando lo levantás en alto.
8) Si llevás muchas cosas, ocultá una parte
Si bien ahora viajo más liviano y ya no lo necesito, en algún viaje anterior viajaba con dos mochilas, la carpa y alguna otra bolsa con ni me acuerdo qué. En esos casos, un amigo me recomendaba ocultar parte del equipaje, porque si una persona que podría parar te nota muy cargado, tal vez decida no hacerlo. Te confieso que esta jugada me ganó el viaje más de una vez.
9) Estar presentable
Sí, ya sé que a veces la dinámica del viaje lleva a que uno no pueda lavar y secar bien la ropa o bañarse por varios días, pero cuando salgas a hacer dedo poné tu mejor esfuerzo para estar lo más presentable posible. Sé que me podés decir que es una pavada, pero no sabés cuánto suma que tengas un buen aspecto a la hora de salir a hacer dedo.
Pensá que quien viene por la ruta prácticamente no sabe nada de vos y no tiene mucha información para tomar la decisión de parar para llevarte o no. Tu aspecto físico es inevitablemente algo que va a tener en cuenta y por eso es importante que lo cuides para salir a la ruta.
10) Ubicate en un lugar donde los autos no circulen demasiado rápido
Esta es obvia, pero cuando uno comienza a hacer dedo a veces se olvida de este detalle. Es súper importante que donde estés parado, los autos vayan a una velocidad relativamente baja, ya que sólo de esa manera pueden llegar a establecer contacto visual con vos, pensar si quieren levantarte y eventualmente parar para hacerlo. Todo eso, si estás en un lugar donde el promedio de los autos va a 80 km/h o más, es bastante difícil, aunque no imposible.
¿Cuáles serían buenos ejemplos de estos lugares? Bueno, los que te conté en el consejo 3. Además, podés ponerte a continuación de algún tipo de reductor de velocidad, como una loma de burro o un semáforo, por ejemplo.
11) Fijate que los vehículos tengan espacio para detenerse un poco adelante tuyo
Bien, supongamos que el auto viene a una velocidad razonable, que te vio y le caíste bien, le pareciste simpático, un buen pibe/a digamos. Ahora necesita reducir su velocidad a 0 para que puedas subir al auto y eso sin causar un accidente. Bien, para eso lo que necesitás es que adelante tuyo haya algún tipo de darsena, banquina o algo por el estilo para que la persona pueda detenerse de forma segura y que vos puedas subir, cargar tus cosas en el vehículo y demás. Atenti con eso.
12) Aprendé a leer y descifrar las señas de los conductores
Como te conté cuando fui de dedo de Puerto Madryn a Esquel, hay veces que uno puede estar parado en un lugar que estratégicamente no es el ideal para hacer dedo y como uno no conoce, no se da cuenta. Hay conductores que van a tener la mejor onda y van a tratar de indicarte que a dónde estás parado no te va a llevar nadie a donde vos querés ir o que tal vez no es el mejor lugar, pero quizás no puedan parar para decírtelo, entonces te van a hacer una seña.
Bueno, las señas de que no pueden parar, que el auto está lleno, que va ahí nomás o que dobla al toque son claras, pero a veces la gente me ha hecho unos firuletes con los dedos que parecían titiriteros. Bueno, en muchos de esos casos me di cuenta más tarde que me estaban indicando de un retorno, un desvío o algo por el estilo, que estaba más adelante y que no me beneficiaba en mi misión.
Entonces, si varios conductores te hacen señas que no entendés y a su vez no te levanta nadie, te recomiendo preguntarle a cualquier persona que pase si estás en un buen lugar parado para que levanten a dedo para ir a tal otro. Si no pasa nadie caminando, caminá un poco por los alrededores, porque se te puede estar escapando algún detalle importante que va a hacer que no te levante ni el loro.
Recursos
Vas a encontrar por ahí varias personas que, al igual que yo, se tomaron el trabajo de armar una guía con consejos similar a esta que estás leyendo. No dejes de consultarlas, porque seguro que vas a poder complementar lo que te cuento acá. Para armar esta entrada no consulté otras fuentes, porque quería basarme 100% en mi experiencia.
Bueno, si no querés buscar en otros blogs, podés entrar a esta página, que es una especie de gran base de conocimientos colaborativa en donde dederos de todo el mundo van documentando sus experiencias. Es muy recomendable revisarla.
Alternativas a lo que técnicamente sería «hacer dedo»
Si llegaste hasta el final y aún seguís sin animarte, te voy a dar un par de alternativas que no implican pararte al costado de la ruta para buscar que alguien te lleve hasta tu próximo destino. Son formas de ahorrar dinero en transporte mientras viajás, a fin de cuentas.
13) Encarar conductores en las estaciones de servicio
¿Qué pasa con esos lugares donde parece que el dedo en la ruta no funciona? Claro, a veces hay lugares donde la gente es un poco más desconfiada, miedosa o tal vez van demasiado rápido para que puedan levantarte o algo así. Bueno, las estaciones de servicio, especialmente esas que quedan en las afueras de las ciudades y que son buenos puntos donde los conductores pueden parar para cargar combustible, ir al baño o comprar algo para comer/tomar son excelentes puntos para que busques lo que puede llamarse «dedo conversado» (lo acabo de inventar).
No sé si califica como «hacer dedo» pero a fin de cuentas es el mismo espíritu: conocer a alguien nuevo, escapar de la predictibilidad y poca espontaneidad, tener un desafío por delante y sí, también ahorrar unos mangos 🙂
La idea es ir a una de estas estaciones de servicio con ubicación estratégica e ir hablando con los vehículos que estén ahí, ya sean autos, camionetas o camiones, lo que sea. Hablá con ellos, contales de vos, de tu viaje, tu historia y preguntales a dónde van. Si van a un lugar que te sirva para avanzar, ofreceles tu compañía y deciles que cebás buenos mates. Y ya lo tenés 😉
14) Usar algún sistema de auto compartido
Otra opción de la que te conté hace poco es el Carpooling, o sea, usar un sistema de auto compartido en donde te conectás con anticipación con un conductor que va a hacer el mismo recorrido que vos, accediendo a su perfil y sus referencias de antemano. No es tan espontáneo, pero tal vez lo sientas un poco más seguro. Puede ser un buen primer paso.
15) Postear en grupos de Facebook, foros o similares
Publicar tu necesidad en grupos de Facebook, en CouchSurfing o en algún foro también te puede servir para conectarte con la persona que te lleve. Por ejemplo, gracias a Celina, a quien conocimos en Caxias do Sul a través de CouchSurfing, pudimos compartir con una amiga de ella (Maiara) y su familia nuestra visita a los parques Aparados da Serra y Da Serra Geral, de la que te contamos acá. Celina fue la que publicó de esa necesidad en Facebook y gracias a eso nos conectamos con Maiara, con la que compartimos un viaje buenísimo y además nos va a recibir en San Pablo prontito 🙂
Ahora contanos: ¿tenés algún consejo del que no haya hablado y que quieras compartir? ¿o tenés alguna pregunta con la que quieras que te ayudemos? Animate y dejá tu aporte o consulta en los comentarios…